José Ángel Martín inaugura la exposición “El irresistible encanto del trastorno” en Galería minúscula, c/Primo de Rivera nº 14-16 de Logroño.
Decía Louise Bourgeois que “el arte es garantía de cordura”.
A menudo necesitamos del delirio para mantenernos de algún modo a flote de las miserias diarias, de los vicios de nuestra sociedad, de las pasiones de la corrupción, de la incredulidad, las decepciones y el desencanto del día a día.
Hemos convivido siempre con “la locura”. Casi todos tenemos amigos locos.
Hemos leído todo tipo de textos demenciales, nos hemos quedado maravillados con cuadros, esculturas y fotografías donde se presentaba la sinrazón y se dibujaban los perfiles del trastorno.
Hay algo en la locura que invita a seguirla, es hipnótica. Releer poemas o revisitar filmes o comics, hace que nos demos cuenta de que muchas veces son los locos los héroes de las historias, los seres elegidos por los dioses (en muchas culturas).
Debemos atrevernos a transitar entre el desequilibrio sin miedo. Y tal vez pensar que nuestra sensatez pueda estar adormecida, idiotizada por las costumbres, las familias, el qué dirán y por el conformismo.
Todxs tenemos la LOCURA dentro de nosotros, pero la vida nos ha domesticado y esclavizado de tal forma que hemos perdido contacto con nuestra humanidad y desconectado de aquello que nos hace sentir vivos, únicos y libres.
El trastorno debe de tener un cierto grado de deleite que sólo el trastornado conoce y esta instalación minúscula no tiene otra intención que transmitir ese irresistible encanto de la locura en este tedioso orden de la cordura.